24 de noviembre de 2010

Esenciales


Veis de esto se compone la vida, bueno una proyección aproximada de ella.
En parte la vida es una composición que creemos compleja, difícil de manejar y poco previsible. A pesar de conocer sus reglas, de conocer sus caminos. Entendemos las vida como un juego al azar de sentimiento, en el cual nunca nos toca los mejores.
Y quizás nos equivocamos, y la vida no es una proyección inexacta, es mucho más sencillo.
La vida es esto:

Una simple y eficar combinación aleatoria de 4 elementos dan la complejidad de un ser en cualquiera de sus formas (virus a parte).




Con esto quiero decir:

La vida no es un cuadro pintado, sino una pared que debemos pintar con las manos.
-Me faltan acuarelas-

15 de noviembre de 2010

Fisiología estructural I

Sentado encima de esa sábana amarilla, con textura y color tirando al melocotón más que al sol, oigo a DORIAN diciendo "Que no daría por ser, todo lo que no puedo ser". Qué daría yo, por ser todo aquello qu eno puedo ser, aquel beso que nunca me dieron con los labios fríos y empapados en aquella piscina en el verano del descubrimiento. O a veces pienso que daría por haber sido el sorbo del cafe que empapó tus labios y luego se coló dentro de ti sientiéndote más por dentro, pues sólo llegué a sentirte ne parte dentro de mí; luego laluz se deshizo como los terrones de azúcar en una lágrima (para compensar el salado de su camino, serpenteante a favor de la gravedad).
Ahora suena LOL "Como hojas que danzan al viento os recojerá el tiempo y os hará rodar y rodar..."



Y la vida nos hará rodar y rodar... Dónde estará el final...

14 de noviembre de 2010

Lunes

¿?

11 de noviembre de 2010

Instante:

Ahora soy una tuerca de un reloj suizo.

Nunca fui un chico de duelos...

Desafío a tus ojos, a generar la mirada abstracta que me haga hibernar.
Desafío a tus sentidos, que en extraña omisión busquen el momento para desaparecer en mi piel.
Desafío a tus palabras, que como agujas tejedoras urden una trama bajo mi lengua.
Desafío al aire, a que desaparezca entre nosotros.

Creo que las cerillas queman

Inexplicablemente me da miedo la penumbra y no la oscuridad, me da miedo estar al espíritu titilante de una vela que agoniza, pues más allá del halo de su luz no se ve lo que puede haber. Y no es que me sienta como un niño cuando no puede dormir, y su mente recurre a esos monstruos que le van a tocar los pies por debajo de la cama, pero que si se tapa la cabeza jamás podrán tocarle. Y es que en la vida, nuestro camino se extiende entre penumbras, y portamos una vela apunto de consumirse cuya cera nos abrasa instantáneamente los dedos recordándonos que para que no se apague tenemos que proteger su dubitativa llama; y al igual que el niño tembloroso ,(como la llama), y empapado en sudor frío producido por esas ilusiones bombardeantes e incesantes construidas por su propia mente para recordarle que aún es un niño; nosotros "grandes" y adultos tenemos monstruos que se esconden en la razón y la luz de nuestra mísera llama no llega a disipar. Quizás, tapemos demasiado la llama para no saber, y le llamamos protegernos; o quizás la luz sólo viaja en vertical y horizontal, olvidándose de las diagonales porque le da pereza cruzar el espacio sino es con exactitud (con lo maravillosa que es la incoherencia cuando se hace inexacta y me recuerda que el abismo sólo es una piscina llena de sirope de chocolate); o quizás nos guste generar paradojas en nuestra cabeza y jugar a ser niños construyendo monstruos de personas "grandes", cuanto daño ha hecho la verdad que la obligaron a esconderse.


Por eso creo que aún me dan miedo los monstruos, y que no dejo los pies al aire, y me tapo la cabeza. Quizás no quiera ser "grande" y prefiera saber que los monstruos de debajo de mi cama se van si enciendes mi luz.

7 de noviembre de 2010

Preguntas y respuestas.

- ¿Cuántas veces has necesitado un abrazo y nadie te lo dio?

(Silencio nocturno, en SI bemol)

-Muchas, tantas que no puedo... (interrupción).

- ¿Cuántas veces has gritado tan fuerte en silencio, dentro de ti, esperando vanamente que alguien oyera tus pensamientos y te preguntara?

(Mueca indescifrable en tu rostro, mirada perdida más allá del único foco de luz)

- Me duele la garganta cuando mis neuronas elevan la voz, pero no entien... (interrupción).

- ¿Y cuántas veces has sonreído tan fuerte que te dolían las marcas de la cara, sólo para evitar las lagrimas que no ibas a poder contener (amparo del refugio de la risa)?

(Momento de desorientación, y posterior silencio. El cruzar de una pareja de novios te pone en mute hasta que se pierden por lo lejos del camino oscuro)

- Mírame, tengo las marcas a simple vista - Mirando para abajo se dispuso a hablar de nuevo. - Pero no entiendo por qué me haces esto, por qué me recuerdas que no he sentido lo que es ser feliz, o al menos así lo creo.

- Es fácil, porque yo quiero abrazarte para escucharte el corazón y que llores si te apetece.